Red Bull apuesta por lo extremo en su estrategia de marketing al patrocinar a deportistas que juegan con el límite de lo posible.
Con ello ha conseguido grandes éxitos como el salto estratosférico de Felix Baumgartner, que mejoró notablemente las ventas de esta bebida energética, pero también ocurren desgracias: seis deportistas han pagado con la vida la estrategia de marketing de la marca austriaca.
La publicación alemana Die Welt ha querido mostrar la otra cara de la moneda de la bebida que promete “dar alas” a quien la consuma. Die Welt se ha basado en un reportaje realizado por la televisión alemana ARD en el cual se destapaban los trapos sucios de la marca, y con ellos no se refiere al producto en sí , si no a sus extrema forma de promocionarse.
La popular y polémica marca gasta gran parte de su presupuesto en patrocinar a deportistas para que realicen sus actividades de deporte extremo en nombre la marca. En varias ocasiones este juego con el peligro ha resultado mortal.
En 2009, Red Bull patrocinó al experto suizo en salto BASE, una modalidad de paracaidismo, Ueli Gegenschatz. El deportista pretendía saltar desde la Sunrise Tower a 88 metros de altura, pero un viento le hizo perder el euilibrio y caer sobre el zócalo del edificio. Dos días después falleció en el hospital. En este caso Red Bull retiró la publicidad que contenía imágenes de este deportista, pero no siempre actúa así.
El norteamericano Shane McConkey realizada espectaculares saltos de altura ataviado con un “traje-alas”, un mono con algo de tela entre brazos y piernas simulando alas. Un salto muy extremo con esquís le hizo perder la vida y la marca de bebidas energéticas pretende estrenar el vídeo de este deportista a finales de 2013 a pesar del trágico destino de su protagonista.
En el reportaje emitido por la televisión pública alemana ARD se explican cuatro casos mortales más de amantes de deportes de riesgo relacionados con la marca Red Bull. A pesar de lo alarmante de estos datos, también hay que tener en cuenta que estas personas con o sin ayuda de Red Bull probablemente hubiesen seguido practicando su hobby, siendo conscientes del peligro que conlleva y tal vez amándolo justo por ello. El reportaje no incluye entrevistas con afectados ni con responsables de la marca, lo cual deja muchas preguntas en el aire.
Fuente: Marketing Directo
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