En el ámbito de los negocios, cuando se habla de consumidor en realidad se hace referencia a la persona como tal.
El consumidor es la persona a la que a través del marketing o la publicidad, las empresas dirigen sus estrategias y acciones para orientar e incitar al consumo y la compra. Aunque esta definición puede ser más concreta y extensa, es la más básica para referirnos a este perfil de personas que consumen algún tipo de bien o servicio.
Su rol siempre se ha mantenido inamovible y sin responder a grandes cambios en su conducta y tendencias. Sin embargo, la eclosión de las redes sociales, internet y las nuevas tecnologías móviles y canales de comunicación, han servido para transformar este perfil por completo.
Aunque podemos encontrar multitud de tipos y clases de consumidores, lo cierto es que de forma general sus hábitos han ido evolucionando. Sin embargo, los aspectos que más merece destacar son aquellos relacionados con su nuevo papel en la cadena del consumo y su relación con empresas y marcas.
Como hemos mencionado en reiteradas ocasiones, es bien sabido que los nuevos medios sociales han otorgado un gran poder al consumidor que ahora puede ejercer una mayor influencia ante la posibilidad de manifestar sus quejas y malas experiencias de forma pública y abierta. Esto se traduce en un mayor poder que finalmente es ejercido contra las marcas, a través del cual los consumidores exigen un mayor respeto, mejor trato y atención. La nueva era en la que nos encontramos, esa era social 2.0, ha permitido tales cambios pero a su vez, ha servido para que empresas y marcas aprendan realmente a valorar su relación con los consumidores de forma transparente y sin trampas.
Fuente: Puro Marketing
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